“No existe un motivo para creer esta verdad
Te doy beso más por esta realidad”
Cienfuegos
“Por eso una Clínica del Acontecimiento propone habilitar intensidades de afectación,
generadoras en la producción de deseo
de nuevas lecturas en el contrato con el mundo;
en lugar de atarse al campo de las representaciones
colectivas o individuales.”
Anónimo
۴
Tan cansados estamos de las interpretaciones, que decimos ¡BASTA! Ffffs… todo lo que falta para que las cosas de siempre caigan y estallen en mil reflejos de luna roja… Tan cansados de que el día sea cruel…y… la noche es cruel, la luna es cruel¹.
Para subvertir la historia de los afectos en la clínica o terapia psicológicas. Afectos que se empastan a una representación: deviene el representante de la representación. El tema de la Transferencia o contra-transferencia y su extensión a las prácticas grupales-comunitarias, en las que se ha planteado que es necesaria tal categoría para cualquier trabajo. Por cuestiones de método la línea psicoanalítica de la psicología dice, efectivamente lo enuncia, que todo tipo de relación establecida, es tan solo una mera reiteración de una primera y fundamental; esa relación es de índole paternal o tirando hacia lo lacaniano a unas sabidurías supuestas. Para los primeros puede llamárseles las primeras figuras de… de… lo que sea: autoridad; dirección sexual; modelo ético; y para los segundos se desprende desde los discursos universitarios profesionales o por lo estético sea fisonomía, sea prestigio, etc… del analista. La interpretación es desde el principio retroactiva a los rasgos de los padres o la vertida en el analista, su cuerpo su figura, para el sentido de la cura.
La posibilidad de una intervención está en que se entable energéticamente una situación idéntica, que la figura del terapeuta sea envestida igualmente con carga libidinal como con los padres, algún objeto de afecto o el sentido del síntoma. Pero tal objeto se desprende de la imposibilidad de concreción de algún fin (de la pulsión) con tales primogénitas figuras, el Complejo de Edipo. El mérito fue darle el estatuto de complejidad, deviene por ser un proceso y por la inclusión de distintos elementos, saltando la mecanicidad en la etiología u organogénesis de las neurosis _series complementarias. Pero siempre hay una vuelta a tales figuras, lo nodal de lo inconsciente son estas relaciones. Se logra saltear el mecanicismo, pero torpemente cae a un finalismo o mejor dicho a un determinismo, un sobredeterminismo. Ni la prehistoria subjetiva se salva, vuelve todo a la pareja paterna. Y en la otra línea psicoanalítica se crea un sistema en que todo queda en la situación analítica, las salidas son por los envistes al terapeuta: “the church man of love, is a such holy place to be…”², y luego el pase analítico.
Lo que planteamos es que la posibilidad de algún trabajo sea por la circulación del deseo, por los pasajes de determinados flujos, flujos de deseo, circulaciones libidinales objetivas. Los nombres, son los de la historia, son índices de un cúmulo de libido que enviste sobre el cuerpo. “Un Burgomaestre de Klattau”, “una Joven Alsaciana que debía defender su honor sexual contra un oficial francés victorioso” o “un Príncipe mongólico” enunciaba un presidente de la corte de apelaciones de Sajonia. Por método tomar la experimentación, lograr pasar las mismas oleadas de amor, de odio, etc. Los afectos son los encuentros de cuerpos, los empalmes de flujos, que tanto afecta tu cara o la mía. Estamos lejos de la empatía, no se la busca como objetivo, ni de estar ahí para ser causa del deseo o de tratar a los afectos con un fin racional. El deseo circula no fantasmáticamente sino maquinalmente. Nos atraviesa y lo atravesamos. Es un gran salto, para tomar las cosas materialmente, en creer que las cosas están en las materialidades, en los cuerpos, es a lo micro. Los lugares, los asientos, los vehículos, las paredes, las habitaciones, los colores; se tratan de cuestiones de ejercicio. El Vigilar y Castigar es una maravillosa muestra de los manejos inconscients de los cuerpos, las conductas y el pensamiento.
Me parece que aquí, también, se juega un polo de paranoia; pero en su mixtura, de mutación, al tomar las cosas seriamente y querer cambiarlas. Muchas de las cuestiones con la que se llega al consultorio, y tomadas solo desde la clínica, acontecen diariamente. Pero tampoco se trata de una patologización de la política, sino más bien del encuentro de la libertad y la dignidad, un más acá³.
ﷲ
Las intensidades son las cargas de libido, de deseo, de sexo, que circulan en el campo social y ante los cuales las personas-grupos se enganchan, inconscientemente; tomando a este inconsciente como a-representativo, energético, maquinal (maquínico-infernal). Algunos índices de ello, son los enunciados. Pero volviendo a una lejanía de la interpretación, los discursos son posiciones ante el deseo, sin interpretar nada. Son signos lejos de una significación o de otra significación. Siempre hay deseo, pero la analítica es de a donde se va ese deseo: dominaciones o sediciones. Las instituciones, actualmente represivas, dan puntos de fijación, de subjetivación no de subjetividad. Las individuaciones, son los cortes que dan posibilidades de subjetividad. Son en las fugas donde esta última aparece. Desde el psicoanálisis no se puede enunciar nada, todo vuelve a los monos míticos o si no a la falta mítica. Todo es calco de la matanza del padre, todo sucede tal cual. Nada puede cambiar, siempre habrá un líder y sus súbditos; el trabajo, en los planos que sean. O la falla en la estructura, solo ahí circula el deseo, lo demás son engaños, sofismas, falsos planteos.
Por el momento nos cuesta exponer una salida sin retomar al psicoanálisis. Queda el dejo de dialéctica, hablar desde la oposición o presentarla como mejor o positiva, siempre en contra de. Pero es que hablo para nosotros desde un territorio que me es conocido para saltar a la lejanía del des(c)ierto o del in-cierto. Explorar, perderme, sentarme y reiniciar otra ruta.
Más que lucha en contra de es una lucha entre que, lucha desde las afirmaciones, sin buscar el sometimiento. Que sentido tendría enarbolar más dogmas hiperrígidos que angustian y enferman. Hacer toda una crítica para la libertad, que arrastra también una lucha, un camino de violentación de las instituciones, sean las sociales, sean las interiores.
Volviendo al plano de la transferencia es imposible no pensar en las reediciones de todo: compulsión o síntoma, es decir acto o representación. Son también índices de toda la maquinaria del deseo. Pero para mí es más constante el acto que la representación. Pues la representación se presta mucho más para la interpretación, aunque el acto tampoco huye. Es que ambos caen en la vuelta. Basta de fenomenologías y de castraciones, las cosas están ahí. El deseo está ahí, siéntelo, ensáyalo, experimenta, deslízate. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa4. . El límite que se la ha puesto al acto es elevarlo a la representación, significarlo, pasarlo por el sentido y entonces vuelve a la interpretación. Y si se no se lo interpreta, se lo vuelve a los planos del lenguaje para que funcione inconscientemente como un lenguaje. Me parece que lo que actualmente importa es la interpretación, interpretar hasta el finito proto-padre, más que valorizar la producción de inconsciente o que se pueda producir inconsciente. Hacer pasar las potencias inconscientes por el aparato de la interpretación analítica: di padre, madre, o mono… ¡pequeño demonio! (tomándolo del cuello), es tarea de los curas modernos de batas grises: mitad médicos, mitad eclesiásticos.
Por otros lados se toma a la conducta, o los actos. Dentro del conductismo norteamericano: meras descripciones y control. Skinner intentó abrir el panorama diciendo que el ambiente es el que recondiciona un estímulo, lo refuerza a partir de toda una variante de conductas que el individuo trae ya consigo y solo las propicias al ambiente son las que se recargan. Pero no se cuestiona el ambiente, sea animal, sea social. El conductismo nos saca de las edipizaciones, poniendo el acento en lo social-ambiental, pero a la larga termina en un familiarismo-moralista. En su base se asienta que el condicionamiento o el refuerzo es una crianza …dadme una docena de niños y os haré de ellos…O Lewin en la explicación motivacional funcionalista, también pragmática pero desde la conveniencia, desde el raciocinio o una teleología, un éxito futuro en base a la adaptación y queda la conducta retroactiva, es sobre lo ya hecho. Pero es más valedero que los anteriores al darnos las pautas de un análisis Topológico y Hodológico de las motivaciones. La psicología cognitiva siquiera se mete con el acto, o lo único que se toma como acto es el momento de ingreso de la información y de lo que la información sale, la importancia para esta escuela es lo que acontece entre la entrada y la salida.
Crear una analítica abierta de lenguaje, pensamiento y acción dentro de un plano revolucionario. La enunciación lejos de una semiótica de la castración. Desde los sentidos hacia la fuga, hacia la desterritorialización, ¿a donde nos llevas? y no ¿qué es lo que quiere decir con lo que dijo?
“Los lapsus, los actos fallidos, los síntomas son como pájaros que llaman a picotazos en la ventana. No se trata de interpretarlos, sino más bien de identificar su trayectoria, ver si pueden servir de indicadores de nuevos universos de referencia susceptibles de adquirir una consistencia suficiente para invertir la situación.”5
Los agenciamientos colectivos de enunciación: los agentes de enunciación son múltiples, las voces son polifónicas. Los enunciados ya no se los buscan en lo otro que se le cuela, lo que la represión no le permitía decir, la enunciación. Todo está iluminado, las cosas están ahí, con nosotros todo el tiempo, nuestro pasado lo arrastramos con nosotros. Lo que sí hay de fondo es el condicionamiento a decir o ver tales cosas y otras no. Son disposiciones del deseo, históricas, diagramadas. Lo colectivo es lo que permite la enunciación de las fragmentaciones, de los segmentos, de las nuevas conexiones, de las libertades, lo novedoso, lo creativo, lo revolucionario. Si la constitución es grupal, es él mismo quien ha de llevarnos a territorios existenciales, sean socialmente esquizofrénicos sean paranoicos: androide paranoide, de karma policía. Si se quería el tal mentado Logos, es mentado por que es pensado por un cuerpo de tipitos que quisieran responsabilizar a cada uno, negarse en lo colectivo, pues no hay un agente que enuncia en el vacío, a un significante que no está, en busca de la ausencia. Pedir un sentido, buscar sentido ir a la nueva tierra llamada supóngase la Ligera aferrarse en la materialidad de los enunciados, a las prácticas colectivas, a los pensamientos colectivos: las máquinas sociales y técnicas.
La intensidad son los umbrales de posibilidades de un cuerpo. La tarea primera es sacar al cuerpo, en lo posible, de todas las representaciones que se le han fijado, vendado-envuelto. Cuerpo; dejemos de pensarlo como la sin Razón o guiado por las pulsiones – la imagen del criminal atávico de Lombrosso. Es un encuentro de fuerzas, de flujos; el encuentro es lo que constituye el cuerpo. Puede llegar a ser: biológico, químico, psíquico, social. Depende de los elementos que componen ese campo de casualidades de formación. En estas instancias se borran las viejas divisiones. Umbrales antes que de límites. La falta lacaniana nos en que de fondo siempre hay un límite: la muerte. Esa de especie de experiencia del abordaje del Otro / otro en el cuerpo, vivencia de satisfacción freudiana. Haciendo coincidir la finalidad con la vida. Tal vez sea que los umbrales, a diferencia de los límites castrantes, tienen litorales: elementos heterogéneos que se encuentran, tienen sus propios espacios, sus avances y retrocesos. Y aún así pueden pasar a otra cosa, devenir otra cosa. Hombres milagreados, hombres desvirilizados, mujeres pájaros, nervios-rayos, asesinos de dios… Hay límite pero es móvil, incluso la muerte. Las pequeñas y singulares muertes sincrónicas y también diacrónicas: “No digas: vivo ahora, moriré mañana. No partas la realidad entre vida y muerte. Di: ahora vivo y muero.”6 Pues al final el organismo se desgasta, es parte de las estructuras disipatorias.
Antes que una cuestión de sentimientos es de afectos. Si se toma tal bebida compuesta por tales químicos; en tal lugar; con determinado acompañante; cuya profesión es… se ha compuesto otro cuerpo: un literario, una personaje. Funciona así. Las afecciones son las intensidades de que el cuerpo puede o no seguir. Hasta donde puede llegar un cuerpo. Por ello la tarea es de llegar hasta lo más cercano posible al cuerpo sin órganos. Esta es la advertencia que siempre hay que remarcar: acercarse al CsO. Acercarnos y no llegar. En el Cuerpo sin Órganos no hay nada, no pasa nada. Está cerrado sobre sí. Es la muerte, hay intensidad igual a cero. Pero es una faz, la otra es que desde ahí es que se ha de partir para la continuación de la vida. Es el deseo en sí. Como en la física, no hay diferencia entre la materia y la energía. La energía que forma materia y la materia que libera energía. El CsO es el estado inicial de todo cuerpo. A partir de una masa enorme* de energía es un cuerpo que se alza. O tal vez haya en el potencial del cuadrado de la masa. Pero invirtiendo el potencial es decir radicalizando al cuadrado la masa, se llega a la energía. ¿O no Señor Einstein? Sin embargo hay una física que escapa la energía y a la información, entrada de lo maquínico.
Es que, por ejemplo, en una institución acontecen tantas cosas que la transferencia no queda solo en lo humano, en el líder de la horda, en el papá de la institución. La tecnología, las disposiciones espaciales, los tiempos sociales, los eventos institucionales, la localización geográfica: ¡y no me digan que eso no afecta en el inconsciente!, también determina.
Y los actos, los tan menospreciados actos. La historia de la transferencia psicoanalítica se inaugura con un acto, de corte, de fuga, de abandono: Dora. Dora pone en acto, incluye palabras, las palabras eran parte del acto. El análisis se hace terminable a partir de algo in-(de)-terminable que se presenta a Freud, esa roca que obtura. Luego interpretó el acto en la sirvienta y las palabras de Dora. Pero el problema no es si lo que se analiza es el acto o las palabras, sino que interpretó e interpretó e interpretó e…
ﻼ
Basta de esta historia de que lo negativo y destructivo de la vida está en una fuerza inherente mortal o que lo que queremos está en el otro, la agresión u odio a la completud. Cuan diferente es la afirmación de la aceptación. La aceptación de la falta, no deja de tener su lado de negatividad, de resignación… Eff… y que se la va a hacer… y recién la alegría. Si estoy limitado, franqueado, tengo un tope a mi deseo, plena potencia y… ¡cuál es! Cuanta diferencia entre la pregunta, la búsqueda del sentido, o de la significación ante una mera afirmación alegre. Un eterno neurótico o un cortante esquizofrénico. Vayamos a donde las palabras no bastan, donde la razón no entra, donde el significante es destruido, ahí el inconsciente centellea desde toda su vitalidad. Los estúpidos e hilarantes topes son los que enferman. De esos tenemos que reírnos.
Las disposiciones de deseo. Es esta la categoría que hay que analizar. El quiebre del lazo, las patologías de la vida cotidiana y la represión son solo efectos de las circulación del deseo. “Ni ideología, ni represión” gritan los no estructuralistas. Tal vez sería que en vez de represión hay expresión, pero está última está digitada, controlada, mandada. El deseo es prendido, tomado hecho pasar por las caladuras históricas, el inconsciente tiene fecha, la historia es política, el inconsciente es político. Esta es nuestra inferencia irresponsable, pero certera. Es en el campo social donde los individuos mueven las figuras humanas: serán llamadas padres, hijos. Las poblaciones orientales, las escapadas del capitalismo o de América previo a la colonización, tienen otras figuras o nombres para los individuos de crianza. Pero esto no es frialdad, por no pensar en términos de papá y mamá, al contrario por ese despeje de todas las concepciones psicoanalíticas o familiarizadas y que los lazos son de otro modo, pero no se habla de la inexistencia de afectos. Todo este trabajo es de las afecciones.
La historia social nos muestra las determinaciones del pensamiento y de la acción: las singularidades. Algo aúna aquello que pasa, los flujos materiales, los universos de valores, lo maquínico, los territorios ó la expresión y el contenido. Mezcla de necesidad y azar son las condiciones de posibilidad; se ha dado un acontecimiento: un encuentro fortuito de distintos elementos no relacionados directamente. Pero de este acontecimiento ha quedado una especie de constancia, de memoria, se ha repetido, continuado a lo largo del tiempo, por que incluso esos elementos siguen pasando por los mismos lados. Esto que permite tal o cual singularidad es el agenciamiento. Mezcla de praxis y de acontecimiento. Por que son energías libidinales, las máquinas deseantes quienes dan vida a tal singularidad. Por que disposición es disponer, es poner las cosas para que acontezcan. Un cúmulo de cosas se acercan a sí y crean un nuevo universo de referencia.
Cercano al azar el agenciamiento atrae los cuerpos a forman todo un universo referencial y semántico. Cercano porque hay veces en que las cosas suceden por el encuentro de elementos libres, volátiles de direcciones. Pero también hay un juego de necesidad no estructural, mediada, de Búsqueda de tiempo/s perdido/s.
El agenciamiento al menos funciona por cuatro elementos que funcionan abstractamente, unos functores: Flujos materiales; Universos de posibles o concientales; Territorios existenciales y Filum maquínico (Φ).
“Un agenciamiento, es entonces el hecho que hay los flujos materiales o energéticos, las relaciones de segmentariedad, de territorio, de las coordenadas, de las referencias que se articulan con los filum maquínicos, que trabajan, en alguna parte, a su propia cuenta y que desarrollan los universos.”6
Entonces tal vez lo que se nos presenta es algo así como un dato, un hecho, un punto-signo, que nos indica, nos hace señales, balizas de que algo esta funcionando ahí sin morales: bien o mal. William James se pondría contento: el funcionalismo puede funcionar. Pero es un nuevo funcionalismo, nos preguntamos ahora: esto que pasa ¿cómo funciona? y no ya que es lo que quiere decir con lo que dijo. A donde nos lleva el síntoma, por que primeramente nos denuncia un detenimiento, una inhibición y de que manera quería formar una salida con que, con cuales perversiones, con qué microformaciones o micro-in-formaciones.
Los cuatro elementos presentados arriba devienen en mezcla. Los flujos materiales o energéticos tienen como base el filum maquínico, al igual que los territorios existenciales o coordenadas son sustentados por los universos de referencia o concientales, son sus constituciones integrales. Pero no se trata tampoco de una primacía de uno sobre otro, por que a la vez lo que da la singularidad de algún cuerpo-individuo: la haeccidad; son los flujos materiales: trabajo, lenguaje, económico, libidinales, significantes… los que dan cuenta de cómo funcionan las maquinas abstractas. O que las segmentariedades, las coordenadas, los territorios son las expresiones de todo un universo de referencia posibles y habilitantes de nuevas subjetividades: tal vez nuevos grupos, una nueva personalidad-identidad, las relaciones del yo. Es que las objetividades están del lado de la relación filum maquínico y flujos matergéticos*. Es lo que también en primera instancia podríamos referir al lugar de la libido. Por el otro el de la relación universos de referencia y territorios el plano de lo inconsciente. Pero tampoco es división, el agenciamiento funciona por el cruce constante de esos elementos y esos elementos son el agenciamiento. No podemos hacer primar uno sobre otro, lograr una jerarquía. Podemos tomarlos como elementos de análisis y prácticas o posibles salidas, pero no negar a los demás.
Guattari nos advierte de cuatro posibles catástrofes que se pueden crear a partir de analizar o que efectivamente este aconteciendo un funcionamiento aislado. Hundimiento de universos-territorios, lo que devienen es el agujero negro de la existencia. Las posibles formaciones se cortan y el territorio queda cargado de flujos, sobrecargandolo tanto que se gasta, destruyéndose a sí mismo. Los fenómenos persistenciales de psicopatías y paranoias, de no tocar el cuerpo. Pero también de los pathos de las imágenes corporales: bulimias, anorexias, vigorexias. El filum maquínico sin la circulación de las mezclas de flujos sean de la naturaleza que sean, se vuelve absoluto. Una energía que se torna dicotómica: placer-su más allá; Eros-Tánatos. En cuanto a la dirección de lo maquínico y el posible universo de referencia, pensémoslo como el Afuera foucaultiano. Es lo que más allá de la estructura, de los moldes, de la subjetividad o del sujeto nos va a permitir que el campo se abra. Sea por sobrecarga de energía o demasiada cosas sino se abre para el afuera, si es que la maquina deseante no se adhiriese a las sociales y técnicas.
Por lo que si la transferencia hendida a lo edípico; a lo traumático ó a unas supuestas fuerzas naturales negativas inventadas por un neurólogo o un físico, pensada y hecha así, no va a dejar salida. Tendríamos que decirle a las gentes que lo que les acontece nada tiene que ver con su ciudadanía o su problemática actual, sino a estas tres categorías. Ya ni siquiera históricas sino nulturales (o naturalizadas humanamente), que estaban antes de ellos, que les paso a sus padres, a ellos y les pasará a sus hijos y a los hijos de sus hijos; así se maldice la humanidad con el deseo incestuoso, de quererse a sí misma. Pero pareciera entonces que la problemática no es este cause del deseo (del narcisismo), sino la privatización del deseo: en la imagen tríada y el modelo de acción del psicoanálisis. Toda acción pasa por ello, si lo niegas entras en la lista de los que tienen resistencias al psicoanálisis.
De la oferta y de la demanda. Tanta ironía, por que la mayoría de los problemas mundanos ya no sólo son de la economía política sino también la libidinal. En la sociedades capitalistas se ha puesto en la economía política la economía libidinal. Sustraerla y negar de ello es lo irónico. Los profesionales que eternamente se dan contra la pared al no poder abrir los ojos en las penumbras; porque igual se ve. Se ama el dinero, toda acción vital tiene que pasar por el dinero. Los sueños, las compulsiones de los juegos, la creencia en los juegos del estado (ya ni siquiera son del azar), los amores. La libido también entra en otras cosas, también más allá de la economía política. Entonces, como práctica, hay que venderse, ofrecerse al paciente-cliente, el capitalismo a la salud mental. Por ello no molesta las cuestiones de prestigio en las que se encumbran los analistas, es que gracias a ello tienen trabajo, cuanto más renombre mejor, es decir mas pacientes-clientes, más dinero. Por ello también debe mostrarse con todos los signos del triunfo social, sino su existencia caería: este tipo sí que me puede aconsejar, mirá esta casado, tiene auto último modelo, se viste bien y cómo sabe.
Detrás de toda demanda hay una demanda de amor, detrás de todo cabalgamiento de la demanda u omisión de la demanda hay una respuesta de amor, al capital. Cual sería el fin de operar como el sistema capitalista. ¿Por qué es actual? O porque hay circulación de los significantes en este orden, las contenciones de la significación aglomeran la muestra de la seducción, de la atracción del sistema-dispositivo analítico. Tomar a Hegel o Jeguel es el camino de la inversión de los opuestos, transformación de la oferta en demanda, cae por sí solo. Estas preguntas no podrán responderse más entrando en la máquina primordial analítica: la interpretación. Podría decir que lo que pasa con los analistas es que son unos vendidos, o que les interesa el dinero solamente, son unos reaccionarios. Pero enunciar lo que acontece, lo más conectado con la realidad, tendría que ir por otro camino. Este escrito es de los excesos, de esos que dan sabiduría. Toda esta crítica es cuando todo es llevado al extremo. Está escrito para aquellos que se quieren salir de los dogmas, de las incuestiones, de las viejas instituciones y no saben cómo y qué hacer. Y para los soberbios que encuentran en una teoría el todo o la mayor parte de las cosas entra ahí, por la falta, por ese –1, imposible, o por los papis. Hasta la naturaleza esta caída, fallada, edi-pisada: madre-tierra; padre-tiempo y el Hombre – eterno hijo.
La historieta de la representación psicoanalítica. Después de la matanza del proto padre, hubo momentos en los que alguno de los hermanos tomaba su lugar y reinstauraba las mismas acciones de matanza e incesto. Por lo que había otro derrocamiento, “sepultamiento” y tal vez fueron numerosos a lo largo de la historia. ¿Pues de qué modo, según el psicoanálisis, encontró la humanidad para evitar este sometimiento por la fuerza física, de violencia? Elevando algo que recordase el estado anterior de vida: de los destierros, de las castraciones, de las peleas entre sí por alguna hembra; erigiendo una figura que inmediatamente los sacase de las trampas del poder, algo que presentificara al padre de la horda en su amor y en su odio. ¡Deviene el símbolo! El Tótem y el consecuente Tabú: de muerte y de violaciones. La fraternidad como comienzo del derecho: igualdad de condiciones y unión de los individuos: comunidad. Se erige un representante de la representación muerta o reprimida. Aunque el padre es también una representación social, un orden y distribución sociales. Las leyes y los ordenamientos devenían antes de él. No por su muerte que deviene la ley o que gracias a su muerte se encumbra la ley y el derecho.
¿Cuál es la salida entonces? A partir de las determinaciones de esta dependencia al padre o a la falta, recién pueden constituirse las acciones políticas saludables. Si se quiere hacerse o erigirse algún ideal de salud tiene que ser de vida aunada la dignidad. La precariedad es un desgaste del cuerpo y aceleración de la muerte. Haciendo un paso más acá, evitar a todo el mundo la vergüenza. Por que encumbrarse en la dignidad tiene el riesgo de fondo en caer en fines y valores elevados y desprestigiar a los otros que no entrasen en tal clasificación. Pelear por la dignidad y la libertad, no es un camino dividido, es un salto a dos pies. Caeríamos en la soberbia de algunos analistas o de algunos comunistas “¡Cómo puedes vivir así!”. Trapear los valores de las personas…
En cada revolución molecular hay un empuje a una revolución molar. Si estamos hablando de afecciones, lo que pase en uno pasa en lo social: “Y no se trata aquí de un problema individual o colectivo. Una vez más, hay algo común al problema de lo individual y de lo colectivo: un individuo es un colectivo como un colectivo está individuado”7. Nos han enseñado a no seguir quien va por el sentido contrario, quien nada contra la corriente. Cuan fácil de tilda de loco, de rebelde, de subversivo en fin todas las categorías enjuiciadas de negatividad y despectividad. Siempre seguí la misma dirección la difícil la que usa el negatividad y despectividad. Siempre seguí la misma dirección la difícil la que usa el salmón8. Un movimiento que pareciera individual arrastra tras de sí todo un colectivo y se mete en nuevos lugares impensados.
Algo que percibo en el psicoanalicismo, es el recrudecerse ante los movimientos sociales, un escepticismo. Se cierran desde dos prácticas-conceptos: la masificación (masa) freudiana y la generalidad-universalidad lacanianas. La masa no es la sociedad. ¿estado de perdición? de ceguera. Y aún, si la sociedad tuviese caracteres de masa hay en la sociedad misma otro movimiento social que en vez de ser de aglutinamiento es de fuga: la muta. Aquella formación que arrastra individuos hacia otras partes en vez de aglutinar y ordenar tal conjunto. El moisés, si era egipcio o judío –poco importa-, era el tipo en fuga, el nómada que busca una nueva tierra, que promete una tierra nueva con nuevos ordenes, una nueva vida. Los problemas de moisés y su muerte son por las leyes, sea su imposición sea su quebrantamiento. Cuando quiere erigirse rey, demandado por otro “rey” es cuando empieza su caída. Cuando bajó y encontró la anarquía al gobierno: los falsos dioses, sus imágenes; los goces, la carne; la embriaguez; el robo -es en realidad bastante dionisiaco- quiso imponer las nuevas leyes –quince, según Mel Brooks. Nadie soporta a los déspotas ni ellos mismos, debajo de sus coronas cabe una cabeza revolucionaria. En torno a la particularidad, no gira sólo alrededor de la universal y singular: lo que pasa aquí: en el barrio Oeste II, pasa en las tribus africanas. Los matices particulares no dan cuenta de la santa castración o de la trinidad edípica. Volver al apartado ﷲ donde se refiere al agenciamiento, para rever con la constitución de un cuerpo, de un acontecimiento.
Cada lugar donde se caiga a realizar una intervención antes de ser un molde de lo que acontece en la clínica pensarlo en laboratorio donde se vean las partículas que forman la singularidad-subjetiva. Qué se fuga, qué se rompe, qué pasa, qué no, qué es lo que obtura, que nueva formación puede aparecer. “Nunca nos han invitado a un laboratorio de partículas y moléculas libidinales”9. Pensar entonces que habilitar este laboratorio implica contar con la contaminación, la asepsia siempre ha sido contraria a toda experimentación, con la novedad y con lo azaroso. E incluso hay otras formas-imágenes de pensar el campo en intervención: el desierto. Paso de lado, ya no me dejas respirar… desierto, desierto. Entre estas desterritorializaciones, el deseo se vuelve nómade. Por lo que también nos espera un mapa a trazar, una cartografía de lo que acontece en la institución, en el grupo, en la familia, en el individuo, en la sociedad toda. Arrastrar nuestros amores hasta donde no nos ahoguen, y justamente que se nos deje respirar. Un papel, una tela donde trazar el mapa, ya no más el calco. Un plano de composición que va de lo literario o lo pictórico. Aunque haya veces que lo blanco está compuesto, los tópicos son clásicos, estructurados, sedimentados, familiares la tarea es decir y ver más allá de lo que ya tenemos encima.
Freud no quiso expandir el problema de lo angustiante, de la tristeza, de las repeticiones, de las compulsiones, de las inhibiciones, de la libidinización positiva de las enfermedades a un campo social más amplio que el de la familia. Entonces lo elevó a un juego dialéctico-energético-dicotómico y para los problemas existenciales del sometimiento, de la guerra, de la violencia: Tánatos. Más allá del principio del placer es Más acá, la finalidad de la vida es la muerte. Trascendencia de la muerte. En el vacío de lo social, lo llenó con una inmanencia mortal. A la erotización social-histórica le opuso un sistema pulsional destructor. Expulsó a Reich, y los seguidores freudianos lo trataron de esquizofrénico-paranoico, por plantear el plano económico es uno solo, del orgón atmosférico, lo sexual o lo material es un envestimento de la misma naturaleza pero no del mismo plano de expresión. A su vez Reich quedó también fuera de los movimientos comunistas al gritar: ¡las masas no fueron engañadas, o ideologizadas, los alemanes deseaban a Hitler! Terminó -Reich- perseguido y muerto por los MODJU’s.
Las salidas propuestas son el apego al significante o a un sepultamiento de edipo-lazos eróticos sociales. Si tomamos al mito el psicoanálisis terminará ciego, o ya lo es. Por ello también sus intensas peleas contra los caminos experimentales conductuales: la observación. Ahorren las interpretaciones de pulsiones invocantes o escópicas. El Edipo ciego y vagabundo tiene que tener pegado su oído al significante, a la escucha para poder moverse, seguir en el mundo, vivir.
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NOTAS
1. Sánchez no te enganches. ¡Prendan Todo!. Independiente. Tucumán. 2000.
2. Cienfuegos. Versión de la canción de David Bowie Moonage Day dream.
3. B. F. Skinner. Más allá de la libertad y de la dignidad.
4. Alejandra Pizarnik. Poemas. Colección Capítulo. Centro editor de América Latina. Buenos Aires. 1982
5. Marcel Schwob El libro de Monelle. Las palabras de Monelle. Pág. 33.
* Se ha borrado el límite de grande o pequeño, la cuestión de escala.
6. Felix Guattari. Seminario del 08/12/1982. Agenciamientos, Transistancias, Persistencias.
* * materiales y energéticos.
7. Gilles Deleuze: Derrames entre capitalismo y esquizofrenia. Ed Cactus 2005. Bs As. Pág. 356.
8. Andrés Calamaro. El salmón. El Regreso. Pop-Rock. Buenos Aires. 2005.
9. Tomás Abraham. Pensadores bajos y otros escritos. Pág. 160.